Con los lectores desempeña la función de intermediación tecnológica para el acceso a las obras, incorporando sistemas de ayuda y tutoriales para facilitar el uso de las mismas y de todas las funciones de lectura social puestas en marcha por la biblioteca.
La plataforma, además, debe garantizar la transparencia en la gestión de datos de todos los agentes que intervienen, de modo especial explicitando los derechos que el lector tiene en el respeto al uso de la información que él mismo genera en la propia plataforma.
La plataforma —es decir, la sede o el espacio virtual que antes tan solo ocupaba el edificio de la biblioteca— desempeña una función de mediación tecnológica que se establece desde la biblioteca, pero se abre a los lectores, los editores, los libreros y todos los que tienen la palabra en la sustentación del libro.
Con la biblioteca establece el flujo de integración de las colecciones, activa las funciones de lectura social, desarrolla sistemas de hallazgo de obras con algoritmos de recomendación personal para el perfil de un lector, almacena y estructura los metadatos ofrecidos por el editor para un primer tanteo de una obra, articula los clubes de lectura en la nube o presta la gestión para los presenciales y para los propios bibliotecarios de todos los servicios prestados.
Con los editores establece una relación de intercambio de información: integración de las colecciones seleccionadas por la biblioteca, validación de la interfaz, consulta de estadísticas de acceso y uso de las colecciones, elaboración de perfiles de lectura y lectores, vínculos con puntos de venta para los interesados en títulos concretos.
